miércoles, 25 de enero de 2017

Catamarca-Chile VIII


Cruzar el desierto

Ayer el Paso de San Francisco estaba cerrado y hoy abrió con restricciones. Preferimos ir por el paso de Jama en Jujuy, asfaltado y más seguro, aunque si llueve mucho también se corta (esto se va viendo día a día.) Así es que, emprendiendo la vuelta a Argentina, seguimos subiendo hacia el norte. 
Nuestro rumbo nos acercaba a Iquique. Sabíamos que no llegaríamos ya que la ruta a Calama se desvía unos 400 km antes pero la cercanía de esta ciudad nos trajo a los Quilapayún y su cantata. Escuchando el relato desgarrador pero necesario de este disco, que con Manuel Azurmendi conocimos en un vinilo del viejo, aparecieron ruinas de las salitreras que a principio de siglo se llevaron las riquezas de esta tierra y dejaron solo pobreza para los trabajadores. Con los sikus sonando imaginamos a los miles de obreros que cruzaron estos cerros desérticos para reclamar por sus derechos en una ciudad que lo único que tenía para ofrecerles era la muerte. 
Ayer las salitreras, hoy las mineras. Por la ruta se puede ver la feroz explotación que se hace en esta zona. Antofagasta (Chile) derrocha las ganancias que el mineral deja sólo a algunos mientras las casas precarias de los obreros se construyen cada vez más arriba en la montaña. ¿Quedarán solo ruinas cuando ya los cerros queden vacíos?
La ruta asciende lentamente y sin darte cuenta estás a 3400msnm. Ya al pie de la cordillera está San Pedro de Atacama con sus calles angostas, sus casas de adobe y un turismo que lo desborda. Cena mirando cómo se siguen incendiando los bosques en la zona centro del país hermano.
Hoy me duele esta parte de la tierra.




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