martes, 17 de enero de 2017

Catamarca-Chile VI


De la Puna al mar.

Con un mate cocido y pan casero que Doña Cirila nos regaló, una hermosa y fresca mañana de puro sol y los cuerpos ya acostumbrados a la altura bajamos de Antofagasta al valle de Fiambalá. Los viajes de vuelta nunca son iguales a los de  ida. Las lluvias nutrieron los ríos que cruzan la ruta. Midiendo la altura se pasan sin problema.
En Fiambalá hay unas termas construidas en el cauce natural del río, entre las rocas. Justo a tiempo para reponer fuerzas y emprender el viaje del día siguiente.
La Cordillera de los.Andes es interminable y regala a cada paso algo nuevo. Sus imponentes montañas, testigos implacables de la furia de la tierra, dominan kilómetros y kilómetros de territorio. Cruzarla a esta altura es una travesía que vale la pena. El Paso de San Francisco se encuentra a 4. 770.mts (aprox) snm. Las formaciones que se atraviesan son diversas: cerros colorados, lagunas de altura, volcanes, los nevados de mas de 6 mil metros de altura que aparecen y desaparecen en cada curva.
Más allá del paso, el camino se pone bravo. Muchos kilómetros a gran altura. Después, el desierto. Luego de dos cuestas importantes por las que se bajan muchos metros en poco tiempo se llega al portal sur del desierto de Atacama, en Chile. 
Llegamos a Copiapó con el sol poniéndose tras los cerros y hoy el mar de Bahía Inglesa nos regala su costa turquesa y plácida, llena de vida. El camping está sobre la costa de arenas finas y blancas. El aire del desierto te permite pasarla bien a la sombra. Nos esperan días se playa y descanso.










No hay comentarios:

Publicar un comentario