Catamarca-Chile VII

Días de playa

Todos los días amanece nublado, justo para que el calor tarde en llegar y te deje dormir un poco más. Cómo me.gusta abrir el cierre de la carpa y salir pisando descalza la arena fresquita y, con los primeros mates, ver cómo.el sol empieza de a poco a disipar la humedad que el mar generó durante la noche. Al mediodía el sol ya está a pleno y el cielo azul domina la tarde. El clima es bastante estable y las probabilidades de lluvia rondan el 4%. A la boche refresca y cuando ya casi todos duermen podés acostarte escuchando el sonido suave del oleaje. 
La costa es increíblemente contrastante: en el continente los últimos cerros rocosos se alternan entre grandes superficies de arena. Me encantaría estar acá en primavera: el desierto florece en múltiples colores de especies silvestres que cubren el suelo.Bajo el agua brota la vida: con un snorkel Lautaro y Gustavo se dedican a observar peces, algas y demás seres que viven en e aguas traslucidas que se aquietan entre los peñascos de Bahía Inglesa. Sí, los ingleses también hicieron de las suyas por estos lados. El puerto de Caldera se relaciona con la construcción del ferrocarril que hacia 1850 se diseñó para el transporte del mineral con gran presencia de capitales ingleses.Ayer fuimos hacia el norte por la ruta 5 que en este tramo es un camino costero que pasa por muchas playas, todas diferentes. Las montañas rocosas se meten en el mar formando islas. Chañaral es un puerto de aguas profundas. Hace dos años fue afectado por un aluvión y todavia se pueden ver las consecuencias en las casas destruidas y autos cubiertos de barro. Unos km más al norte se encuentra el Parque Nacional Pan de Azúcar. Nos embarcamos a navegar las aguas del Pacifico y bordear la isla Pan de Azúcar, hábitat de pingüinos de Humbolt, lobos.marinos y chungungos (nutria marina). Una loba acababa de parir y luchaba para subir a su cría más arriba en la isla, a salvo de las olas.Empanadas de mariscos, de camarón, churrasco marino, mote con huesillo y anoche un dorado (no el del Paraná) a la parrilla que le compramos a los pescadores de Chañaral.

Buena vida, pó!