Si cierro los ojos todavía puedo escuchar el croar nocturno de las ranas, o los cantos en la tarde de tantos pájaros cuyos nombres no pude saber. Tal vez un carpintero hurgando en el tronco de un árbol.
Mis compañeras siempre dicen, y yo digo con ellas, que la alegría es doble si es compartida. Gracias...muchas gracias por los lindos comentarios, por subirse a este barco y navegar conmigo.
Fin del viaje.
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