Bueno...basta de poesia, porque unas lindas palabras no alcanzan para ganarle al calor del litoral. Les cuento que quizás ayude una buena siesta a la sombra de un árbol entre cuenteros y chamamés, (en una hamaca o lonita, lo que tengas, en la carpa, no, jamás). Y después a la playa, a ponerte en remojo con el agua por la cintura y unos ricos tereré con naranja.
A los que quieran remontar el río conmigo les mando dos besos, uno en cada mejilla, porque si no se ofenden mis hermanos correntinos. Hasta la próxima parada!
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