BARILOCHE I
Los viajes son un poco como la vida misma: aventura, descubrimiento, proyecto, sorpresa, improvisación, aprendizaje, placer. A veces volvés a los mismos lugares, pero nunca de la misma manera. Otras veces elegís cambiar de rumbo, buscando nuevos caminos. Pero siempre, en este gran mapa que vas dibujando, la cuestión es encontrarse.
Un fin de semana de grandes nevadas en Bariloche y el aeropuerto clausurado. Vuelos reprogramados. Ibamos a salir el sábado pero tuvimos que posponer la partida y cambiar nuestro destino: Neuquén.
Lunes y un atardecer en aeroparque que prometía una impactante vista de la ciudad con sus primeras luces nocturnas.
Pasamos la noche en un hostel.
El amanecer frío llegó tarde recordándonos que ya estamos más al oeste y de a poco el sol fue asomándose para dominar un cielo totalmente celeste.
El micro hacia Bariloche salia tempranito. La ruta de a poco se fue internando en la cordillera y entonces la magia de la nieve empezó a teñir de blanco (o blancos) el paisaje.
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