miércoles, 5 de febrero de 2020

NOA. 6 Humahuaca. El Hornocal

Nos levantamos sin prisa escuchando las campanadas de la festividad de la Virgen de la Candelaria, patrona de Humahuaca, que subían desde la ciudad. Muy temprano el pueblo ya estaba despierto. La feria, con ritmo de domingo: mucha gente de mañana porque al mediodía cierra. Recorrimos los puestos de verdura aprovisionándonos para agrandar un guiso que había quedado del día anterior: arvejas en sus vainas y papines andinos (una de las tantas variedades que hay por acá). Además, unas frutas para pasar el día.
Con poca comida y bastante agua, partimos hacia el Hornocal. Le dicen también el cerro de los 14 colores, pero todo depende de cómo dé el sol, si llovió o no, el momento del día, porque también dicen que podés encontrar unas 30 tonalidades. La cuestión del número es lo de menos, el tema es que llegás allá arriba y esa inmensidad te deja sin palabras. El camino llega a los 4.300 msnm y desde el mirador podés bajar unos metros caminando para ver la formación en toda su extensión, con sus diferentes estratos geológicos. Si en el medio del valle ves manchones verdes, son testigos de las vertientes de agua que surgen de la montaña.
Un rato recibiendo esa brisa fresca y fuerte y emprendimos la bajada en auto. Conversando con Ignacio, poblador de una comunidad cercana, buscamos conocer los rituales propios de estos pueblos.
A la tarde Lautaro se quedó en el camping y yo me fui al mirador de Piedras Blancas. Unos metros arriba se tiene una vista hermosa de la ciudad de Humahuaca.
La tarde me regaló unas fotos de aves: pepitero de collar, celestino, picaflor cometa, jilguero, zorzal chiguanco, piquitodeoro comín y uno que todavía no pude identificar.
El guiso...más rico que ayer.
 A dormir temprano que mañana hacemos caminata.






No hay comentarios:

Publicar un comentario