"Viajar. Beber lo que viene. Tener alma de proa" Los relatos de viajes de mi madrina Carmen acompañaron mi infancia. (Carmen, qué hermoso suena tu nombre, sigo extrañando esa bella alegría de tu mirada). Una y otra vez, como lo hacen los chicos chiquitos, yo le pedía que me cuente sus historias por Oriente. Y así recorrí esos mundos tan distantes... tan distintos. Desde entonces sigo sintiendo esa misma emoción cada vez que una ruta me lleva a conocer y aprender otras geografías.
viernes, 7 de febrero de 2020
NOA. 10 Final de viaje
Cuando se vuelve de un viaje nunca se retorna al mismo lugar. Ya no estás igual a cómo te fuiste.
Vuelvo de un viaje a la tierra donde parte de mi historia familiar empezaba. Y allí, bajo cielos limpios y estrellados, caminando quebradas o sentada en una roca entre los cerros, busqué encontrarme...en esta etapa de tantas preguntas y pocas certezas. Ahí anduve, tratando de desanudar tramas, de esas que vienen silenciosas con la historia de une casi sin darnos cuenta. Escuchar el viento, saber de la pureza del agua que brota de la montaña, encontrar formas infinitas en la piedra que hace miles de años salió desde las entrañas de la tierra, sentirse parte de tantas generaciones viviendo y luchando en esta cordillera, recorrer sus huellas y compartir el presente de una cultura que sigue viva gracias a una resistencia de siglos.
Fue hermoso andar estos caminos con un Lautaro que crece y que ya empezó a construir los propios.
Cena con una enorme y solidaria mesa familiar Una mañana de museos y la plaza de Salta a pura danza. Tarde de mate en la Quebrada de San Lorenzo, entre el verde húmedo de estas yungas que te llenan de vida.
Gracias por vivir conmigo tantas emociones siguiendo esta especie de diario de viaje que tanto disfruto compartir con ustedes. Gracias por los hermosos comentarios.
¡Hasta la proxima travesía!
jueves, 6 de febrero de 2020
NOA. 8 Purmamarca. La historia que nos hermana.
La noche en Humahuaca no podía terminar de otra manera. El césped fresco por una lluvia pasajera, los relámpagos detrás de los cerros y una tormenta que se resistió a entrar en la Quebrada.
Levantamos carpa temprano para llegar al micro de las 9 y partimos rumbo a Purmamarca.
El camping Luna García está algo alejado del pueblo, unos km hacia arriba por la ruta y aquí nos encontramos con esta historia que me hermana más aún con estas tierras.
Acá, en su casa familiar donde cultiva unas vides, vive Eva. Lleva 82 años sobre sus rodillas cansadas pero todavía andando. Es hermana de Hugo Javier Luna. Hugo era estudiante avanzado de la carrera de Ingeniería en la Universidad de La Plata. Fue detenido desaparecido en Quilmes. Cuenta Eva que con sus conocimientos ayudaba a los vecinos a construir sus casas. Cuenta Eva que Hugo era un tipo solidario con su pueblo, que tenía sueños de un mundo mejor. Estuvo detenido en El Banco y después en el Olimpo. Hace unos años el EAAF encontró sus restos y están acá descansando, en su tierra de origen, esta tierra colorada y profunda. Fui al cementerio, a visitar su tumba y a dejarle una flor.
Eva, con sus 82 años, es una activista por la memoria en Purmamarca y todos los 24 de marzo se moviliza a la plaza.
Me voy a mirar las estrellas y el perfil de los cerros con este cielo limpio y puro, como la vida de Hugo, de mis viejos y de tantos como ellos.
Por Hugo Julián Luna y por los 30.000.
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
NOA. 7 Uquía. La Quebrada de las Señoritas
Haciendo base en Humahuaca hay muchísimos lugares para conocer.
Hoy nos tomamos el micro de línea y fuimos hasta Uquía, un pueblito que queda a 12km.
Hacia arriba, por el lecho seco del río, se llega a la Quebrada de las Señoritas, con unas formaciones de rocas rojas sobre un suelo arenoso rojo también. Nos habían avisado que llevemos agua abundante y así lo hicimos. A cada paso de la caminata te dan ganas de parar a ver las formas increíbles que van cambiando según el ángulo desde el que las mires. Llegamos hasta el encuentro de dos cerros, un punto en donde ya no se podía seguir el río y escalar es para otra aventura. Nos sentamos un largo rato a comer algo bajo un cielo azul profundo surcado por algunas nubes que ayudaban a que el contraste sea mayor.
Elegí una elevación que me daba una vista panorámica e intenté nuevamente plasmar en una hoja lo que veía. Los colores quedan para las fotos, les comparto la versión blanco y negro en papel y lápiz.
Mañana levantamos campamento y seguimos este viaje que ya se encuentra en su recta final.
miércoles, 5 de febrero de 2020
NOA. 6 Humahuaca. El Hornocal
Nos levantamos sin prisa escuchando las campanadas de la festividad de la Virgen de la Candelaria, patrona de Humahuaca, que subían desde la ciudad. Muy temprano el pueblo ya estaba despierto. La feria, con ritmo de domingo: mucha gente de mañana porque al mediodía cierra. Recorrimos los puestos de verdura aprovisionándonos para agrandar un guiso que había quedado del día anterior: arvejas en sus vainas y papines andinos (una de las tantas variedades que hay por acá). Además, unas frutas para pasar el día.
Con poca comida y bastante agua, partimos hacia el Hornocal. Le dicen también el cerro de los 14 colores, pero todo depende de cómo dé el sol, si llovió o no, el momento del día, porque también dicen que podés encontrar unas 30 tonalidades. La cuestión del número es lo de menos, el tema es que llegás allá arriba y esa inmensidad te deja sin palabras. El camino llega a los 4.300 msnm y desde el mirador podés bajar unos metros caminando para ver la formación en toda su extensión, con sus diferentes estratos geológicos. Si en el medio del valle ves manchones verdes, son testigos de las vertientes de agua que surgen de la montaña.
Un rato recibiendo esa brisa fresca y fuerte y emprendimos la bajada en auto. Conversando con Ignacio, poblador de una comunidad cercana, buscamos conocer los rituales propios de estos pueblos.
A la tarde Lautaro se quedó en el camping y yo me fui al mirador de Piedras Blancas. Unos metros arriba se tiene una vista hermosa de la ciudad de Humahuaca.
La tarde me regaló unas fotos de aves: pepitero de collar, celestino, picaflor cometa, jilguero, zorzal chiguanco, piquitodeoro comín y uno que todavía no pude identificar.
El guiso...más rico que ayer.
A dormir temprano que mañana hacemos caminata.
Con poca comida y bastante agua, partimos hacia el Hornocal. Le dicen también el cerro de los 14 colores, pero todo depende de cómo dé el sol, si llovió o no, el momento del día, porque también dicen que podés encontrar unas 30 tonalidades. La cuestión del número es lo de menos, el tema es que llegás allá arriba y esa inmensidad te deja sin palabras. El camino llega a los 4.300 msnm y desde el mirador podés bajar unos metros caminando para ver la formación en toda su extensión, con sus diferentes estratos geológicos. Si en el medio del valle ves manchones verdes, son testigos de las vertientes de agua que surgen de la montaña.
Un rato recibiendo esa brisa fresca y fuerte y emprendimos la bajada en auto. Conversando con Ignacio, poblador de una comunidad cercana, buscamos conocer los rituales propios de estos pueblos.
A la tarde Lautaro se quedó en el camping y yo me fui al mirador de Piedras Blancas. Unos metros arriba se tiene una vista hermosa de la ciudad de Humahuaca.
La tarde me regaló unas fotos de aves: pepitero de collar, celestino, picaflor cometa, jilguero, zorzal chiguanco, piquitodeoro comín y uno que todavía no pude identificar.
El guiso...más rico que ayer.
A dormir temprano que mañana hacemos caminata.
NOA. 5 Humahuaca. Laguna de los Pozuelos.
Llegamos a Humahuaca, esta bella ciudad de la quebrada. Las ferias concurridas por la gente de acá, las calles angostas, las paredes pintadas con murales. Fin de semana de festivales y el sincretismo cultural, la mezcla de religiones e historias que se plasman en una esquina cualquiera.
Contactamos con un matrimonio de químicos de La Plata y nos organizamos para ir juntos en camioneta a Laguna de los Pozuelos, este monumento natural que, bajo la administración de Parques Nacionales, resguarda unas 130 especies de aves, entre ellas los flamencos altoandinos o parinas grandes. La ciudad más cercana es Abra Pampa, a la que se llega luego de pasar por Tres Cruces, el final de la Quebrada de Humahuaca, con unas fomaciones de colores increíbles.
Luego el camino se interna en la Puna, esta planicie de gran altura entre los cerros. Hay algunos parajes que viven sobre todo de la ganadería: llamas, ovejas y algunas vacas.
Pasando por la administración de Parques Nacionales y anunciándose, se ingresa por un camino vecinal que se acerca a la laguna. El resto del camino se realiza a pie hasta donde el barro te lo permita. Allí encontrás las orillas de este espejo de agua a 3700 msnm y la inmensidad de un horizonte que te envuelve.
Rodeados de vicuñas, caminando casi entre ellas, volvimos sobre las grietas que el clima seco provoca sobre el lodo y tratando de descifrar las huellas que encontrábamos a nuestro paso.
Lautaro se fue al festival. Yo me quedo con estas imágenes impresas en la retina y este aire de altura que tanto me conmueve.
Contactamos con un matrimonio de químicos de La Plata y nos organizamos para ir juntos en camioneta a Laguna de los Pozuelos, este monumento natural que, bajo la administración de Parques Nacionales, resguarda unas 130 especies de aves, entre ellas los flamencos altoandinos o parinas grandes. La ciudad más cercana es Abra Pampa, a la que se llega luego de pasar por Tres Cruces, el final de la Quebrada de Humahuaca, con unas fomaciones de colores increíbles.
Luego el camino se interna en la Puna, esta planicie de gran altura entre los cerros. Hay algunos parajes que viven sobre todo de la ganadería: llamas, ovejas y algunas vacas.
Pasando por la administración de Parques Nacionales y anunciándose, se ingresa por un camino vecinal que se acerca a la laguna. El resto del camino se realiza a pie hasta donde el barro te lo permita. Allí encontrás las orillas de este espejo de agua a 3700 msnm y la inmensidad de un horizonte que te envuelve.
Rodeados de vicuñas, caminando casi entre ellas, volvimos sobre las grietas que el clima seco provoca sobre el lodo y tratando de descifrar las huellas que encontrábamos a nuestro paso.
Lautaro se fue al festival. Yo me quedo con estas imágenes impresas en la retina y este aire de altura que tanto me conmueve.
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