El regreso
Con un clima agradable salimos de la cordillera por sus caminos de hielo. Esta vez pudimos ver el paisaje imponente desde las curvas de la cuesta de Rahue. A medida que subís el camino se hace cada vez más blanco v luego empezás a bajar bordeando el río.
En las rutas de montaña nunca falta un rebaño de cabras que cruza rumbo a su corral: parás el auto y las dejás pasar hasta que las últimas que vienen corriendo detrás alcancen al grupo.
Después de doce horas arriba del auto, con un excelente conductor ya necesitando un descanso, llegamos de noche a nuestra parada a medio camino.
Hasta el próximo viaje. Hasta las próximas aventuras. Gracias por la compañía!